ANTONIO MARÍA FABRÉS Y COSTA

OBRAS EN LA COLECCIÓN IVLIA: ( pulse sobre las imágenes para ampliar )

Obras:
Colección IVLIA

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Marina. Carboncillo y lápiz sobre papel. 33 x 25cm. 1914. Antonio María Fabrés y Costa.


Álamos. Óleo sobre lienzo, 54 x 45 cm. Antonio María Fabrés y Costa.


Desnudo masculino. Carboncillo sobre papel, 42 x 31 cm. 1900, Antonio María Fabrés y Costa.


BIOGRAFÍA:

Antonio María Fabrés y Costa.

Pintor, escultor y profesor español nacido el 27 de junio de 1854 en Gràcia (pertenece desde 1897 a Barcelona) y muerto el 23 de enero de 1938 en Roma.

Hijo del dibujante Cayetano Fabrés y sobrino del platero Raimundo Costa.
Ingresó en 1867 en la Academia Provincial de Bellas Artes de la Lonja (que más tarde sería la Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi) de Barcelona y recibió de esta institución, con tan sólo 13 años, la medalla de oro por el retrato escultórico de la cabeza de su tío (Barcelona, Museo Nacional d´Art de Catalunya).

Siguió sus estudios en Barcelona con Apelles Mestre en la Academia de Bellas Artes, y en el taller del escultor Andrés Aleu y Teixidor, hasta que en 1875 fue premiado con una beca para viajar a Roma, concedida por la Diputación Provincial de Barcelona como premio a su escultura yacente, de tamaño casi natural, de Abel muerto (Barcelona, Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi).

Bajo la impresión que en Roma le causaron las esculturas de Vicenzo Gemito, realizó el relieve Siglo XIX (paradero desconocido) y La tragedia (Barcelona, Museo Nacional d´Art de Catalunya), obras con las que participó en 1877 y 1880 en sendas exposiciones de arte en Barcelona.

Debido a la influencia de los cuadros de Mariano Fortuny y el contacto personal con Francisco Pradilla y José Villegas Cordero en Roma, se centró cada vez más en la pintura, realizando cuadros costumbristas (óleos y acuarelas) sobre todo de temática orientalista (especialmente norteafricana), los cuales tuvieron una gran demanda y consiguieron precios muy elevados.

De 1878 datan el Guerrero en reposo (óleo sobre lienzo) y El regalo del sultán (óleo sobre tabla; ambos cuadros en Barcelona, Museo Nacional d´Art de Catalunya) y de 1887 la acuarela ¡Por ladrón! (Oviedo, Museo de Bellas Artes), del cual realizaría en 1901 una versión femenina al óleo (colección particular).

En 1886 regresó a Barcelona, donde tuvo lugar su participación, con 22 acuarelas, en la exposición de la Sala Parés, donde sus obras causaron un fuerte impacto.

En 1894 (según otras fuentes ya en 1892) se mudó a París, donde compartió taller con Pujol de Gustavino hasta independizarse. El marchante de cuadros Adolphe Goupil, que fue anteriormente el representante de Mariano Fortuny, le presentó a Cabanel, Clairin, Constant y Bouguerau. En 1885 se exhibió la Ofrenda a la Virgen María de Fabrés y Costa en la exposición de la Societé des Arts Français, para la cual hubo de utilizarse una lente de aumento con la que poder apreciar las minuciosas y elegantes pinceladas.

En 1902 se cambió, por invitación del presidente mexicano Porfirio Díaz, mediada por el escultor Jesús Contreras, a la Academia de Bellas Artes de San Carlos de México. Entre sus discípulos en la Academia mexicana se encontraron Diego Rivera, Saturnino Herrán y José Clemente Orozco.

De 1903 a 1904, el año en el que fue nombrado inspector general de las Bellas Artes, decoró el Palacio Nacional de México (Hidalgo después de la victoria de Monte de las Cruces, in situ) y la Sala de Armas de la residencia privada del presidente mexicano (destruido).

A partir de 1907 se encontraba nuevamente en Roma, donde regaló al Museo del Vaticano el óleo Cristo en la columna, premiado con la medalla de oro en San Luis. También realizó en la misma ciudad el Retrato del Papa Benedicto (óleo sobre lienzo; Roma, Museo del Vaticano).

En 1925 Fabrés y Costa llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona por el que el artista entregaría 224 obras, fotografías, documentos y premios, a cambio de una sala permanente dedicada a su obra en el Palacio Nacional de Bellas Artes; sin embargo, el acuerdo no se hizo definitivamente realidad, y el artista volvió decepcionado a Roma, donde murió en 1938.

Al temario de su obra pictórica pertenecen tanto los temas exóticos como cuadros de mosqueteros al estilo de Meissonnier, situaciones galantes y escenas populares en entornos rurales.

Entre sus premios más destacados figuran, en 1885, la primera medalla de la Exposición Internacional de Londres; en 1887, la segunda medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid (Sección de grabado, pintura y dibujo); en 1888, la medalla de plata en la Exposición Mundial de Barcelona; la gran medalla de oro y la medalla de oro en las Exposiciones Internacionales de Viena y Múnich; en 1900, la medalla de plata en la Exposición Mundial de París; en 1901 y 1902, el gran premio de honor en las Exposiciones Internacionales de París y Lyón; en 1904, la medalla de oro en la Exposición Mundial de San Luis; en 1906, la gran medalla de oro; y en 1907, el gran premio de honor en la Exposición Internacional de Cartagena.

Aparte de las obras de Fabrés y Costa en numerosas colecciones privadas, existen pinturas y esculturas suyas en los museos estatales de Barcelona (Museo Nacional d´Art de Catalunya), Madrid (Museo del Prado), Stockholm, México, Buenos Aires y el Vaticano, además de colecciones públicas de Berlín, Filadelfia, Roma, Berna y Nantes.

Fuente : www.mcnbiografias.com




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